Hoy recuerdo
lo que me gusta la playa en invierno.
Ayer me quedé con las ganas,
de caminar un poquito
y vagar descalza
y vagar descalza
sobre la tibia arena
de ese Mediterráneo
que tanto anhelo....
Cuando me quise dar cuenta,
ya estaba sentada
en el avión de vuelta a "casa",
en el avión de vuelta a "casa",
mirando de reojo
por la ventanilla
lo que dejaba bajo mis pies.
Siento nostalgia por todo,
aunque sólo sea capaz de valorar
lo que ahora no tengo,
aunque siempre valore
cuando miro de lejos.
4 comentarios:
A mí me encanta la playa en invierno,quizás es cuando más me gusta y la disfruto; pero sobre lo que escribes puedo decirte mi experiencia...
He aprendido que lo que en verdad hay que valorar es lo que tenemos justo en cada momento,porque eso, en algún momento, va a convertirse en pasado disfrutado o futuro por disfrutar...
Al menos es mi opinión; démosle valor al hoy,al momento que vivimos, y que sea intensamente.No te pierdas eso,amiga.Porque perder el momento es perder la ocasión para casi todo.Un fuerte abrazo y la próxima vez ve justo alli donde deseas y hazlo realidad. :-)
Hace buen tiempo que no visito la playa, y vaya que tu captaste muy bien ese sentimiento que te dejan arraigado las olas cuando caminas sobre ellas y como las arenas de persiguen en cada rincón de cuerpo.
Ha de ser maravilloso disfrutar una puesta en el Mediterráneo.
Saludos
menos mal que madrid tiene mar, aunque nadie lo sepa :)
Isabel...lo intento,pero mi vida va a un ritmo brutal que no me deja respiro.
Pero pronto podré desconectar y disfrutar.
Nunca Muere,el Mediterráneo es tan pequeño e íntimo que por donde los mires siempre será maravilloso.
Carmen,lo de Madrid es un secreto que pocos conoceís...eres una privilegiada.
Abrazos
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